Largo y aciago ha sido otro invierno más sin Fórmula 1, por suerte, es un circo que nunca para. Como de costumbre, Australia será la encargada de abrir el telón de nuevo y volver a las andadas de la más alta tecnología automovilística. Y muchos dirán que la F1 es aburrida, que no hay adelantamientos, que siempre gana el mejor coche sin importar el piloto, un largo etcétera de infamias producidas por el desconocimiento.
Pongamos un ejemplo fácil de entender. El bingo. A mucha gente le parece un juego seco, sin emoción, simplemente tachas los números que salen, no hay estrategia, no hay engaño, no hay mejores ni peores. Vale, acepto el argumento, pero aun así hay muchísima gente que lo juega sin parar, tanto en salas especiales como en internet. Por algo será. No todas las emociones se pueden explicar empíricamente. Y quizá eso es lo que nos pasa a los amantes de la Fórmula 1.
Señoras y señores, como si de la inauguración de un gran casino se tratase, este fin de semana presenciaremos el comienzo de algo grande, impredecible, emocionante y que a muchos les va a costar el dinero y algo más. Y es que a priori, como pasa con la ruleta (excepto si eres un Pelayo) es muy difícil apostar a un número ganador. Además, aquí no hay probabilidades, ni matemáticas, ni nada. Puede parecer que alguien ganará sin problemas pero algo se rompe en la última vuelta. Una escudería lanza un nuevo componente aerodinámico que le hace ganar 1 segundo por vuelta. Infinidad de componentes que dependen de un buen equipo, un coche rápido y, sobre todo, fiable.
Yo ya estoy deseando que de comienzo el mundial, es más, ya que la primera carrera será por la mañana, a las 7:00 hora central europea, igual me lío la manta a la cabeza y, dependiendo del resultado de mi McLaren, me voy a celebrarlo a casino por la noche, bueno, y si lo hacen fatal, me voy a ahogar las penas, total, pocas cosas distraen y entretienen más que una buena partida de poker o black jack, unas tiraditas en la ruleta o unas manos de bacarrá. Ya sé que estáis pensando que soy un ludópata, pero simplemente invierto en diversión, como otros van al cine o a tomar copas, la diferencia es que yo aquí el dinero no lo tiro a saco roto, a veces incluso me vuelvo con más de lo que fui. Pero eso ya es cuestión de suerte, como la que espero tengan los McLaren este domingo en Melbourne.